La figura de los abuelos y las
abuelas siempre ha sido muy importante en la vida de los nietos y nietas, y
decimos siempre porque a pesar de los cambios que han ido surgiendo en nuestra
sociedad, su papel es fundamental.
Cuando hablamos de cambios nos
estamos refiriendo a la influencia que ha tenido la incorporación de la mujer
al mundo laboral, la dificultad que existe para poder conciliar vida personal y
vida laboral y las aspiraciones que nos está transmitiendo la sociedad a nivel
material, económico y laboral para que a día de hoy sean los abuelos y las
abuelas los encargados de cuidar a las nietas y a los nietos, ya que tanto la
madre como el padre están activos laboralmente y entre otros recursos, eligen
que pasen al cuidado de éstos y éstas cuando están trabajando.
Pero como decíamos anteriormente,
los cambios no han hecho que la figura del abuelo y de la abuela sea tan
diferente, y por lo tanto, tampoco hará que el papel de ellas y de ellos lo
sea. Por ejemplo, consideramos que nuestros abuelos y abuelas son:
- Historiadores familiares, es
decir, son la identidad familiar y van transmitiendo al resto de la familia su
propia cultura familiar.
- Fuente de cohesión, ya que son
capaces de unir hasta a los miembros más alejados de parte de la familia
extensa, "aglutinadores de las familias". Además, son buenos
negociadores entre madre, padre e hijos e hijas.
- Modelos, y es que son el punto de
referencia para el padre y la madre (hijo o hija de éstos y éstas) y modelos de
comportamiento para el resto de la familia.
- Apoyo afectivo y económico,
haciendo hincapié en ese amor incondicional que les caracteriza.
- Dispensadores de tiempo, a veces
pueden llegar a pasar más tiempo con sus nietos y nietas que el propio padre y
madre, haciendo que estos momentos sean únicos y especiales.
- Colaboradores de la crianza, ya
no sólo refiriéndonos al cuidado de los nietos y nietas, sino también a la
colaboración con las tareas diarias, la ayuda en los momentos difíciles, etc.
- Fuente de afecto, pasan bastante
tiempo jugando con los nietos y nietas y disfrutando de estas situaciones.
Pero, ¿qué pasa cuando tenemos un
nieto o nieta con diversidad funcional o riesgo de padecerla? Pues mención
especial merecen los abuelos y las abuelas de niños y niñas con algún tipo de
diversidad funcional, sea física o mental.
Y es que las abuelas y abuelos de
hoy en día están hechos de otra pasta. Han visto la evolución que ha sufrido el
mundo de la discapacidad, donde no solo el uso de los términos ha cambiado,
(totalmente obsoletos y en desuso por sus connotaciones negativas y
peyorativas), sino también el trato que se les ofrece a las personas con algún
tipo de limitación, (recordemos que no hace mucho tiempo cuando en una familia
nacía una persona con discapacidad apenas salía a la calle).
Miran atónitos el surgir de
nuevas disciplinas y tratamientos, hidroterapia, musicoterapia, integración
sensorial, etc. y se sumergen en este mundo aprendiendo y poniendo en marcha
cosas nuevas día a día.
Pero sufren, ¡vaya si sufren!, y
además por partida doble y desde lo que más se quiere en este mundo, por sus
hijos y sus hijas. Porque no hay cosa peor que ver sufrir a una hija y a un
hijo, y si a eso le sumamos el sufrimiento por una nieta o un nieto, el día a día
se vuelve muy duro. Esto no minimiza lo más mínimo la conexión que se establece
entre ambos.
Y es que el vínculo que los
abuelos y las abuelas establecen con sus nietas y nietos es único y especial.
Nos faltarían palabras para describirlo, ya que traspasa cualquier relación que
puedas establecer o crear con otra persona.
Pero como progenitores de niños y
de niñas con algún tipo de diversidad funcional, ¿qué esperamos de nuestros
abuelos y abuelas?:
- Que traten a nuestro hijo y
nuestra hija como han tratado a sus hermanos y hermanas o a sus primos y
primas, etc.
- Que acepten y respeten nuestras
decisiones sin juzgar,
- Que nos acompañen y participen en
tratamientos,
- Que estén dispuestos a aprender,
- Que celebren todos los logros y
avances conseguidos, incluso los más pequeños,
- Que muestren interés por lo que
proponemos e iniciamos,
- Y sobre todo, que se cuiden,
porque los necesitamos.
Porque son fundamentales en
nuestro día a día y son pieza clave en la vida de nuestros hijos y nuestras
hijas.
Hay veces que los abuelos y las
abuelas también necesitan de un tiempo para ir asumiendo esta nueva realidad en
la que nos encontramos, mientras llega este momento una forma de mantenerse
activos y activas y ser partícipes, la encuentran de la siguiente manera:
acompañan al médico, actúan de taxistas, preparan algún guiso o comidas, ayudan
económicamente, etc. todo ellos según sus posibilidades.
La conexión y la mirada que un
abuelo y abuela mantienen con su nieto y nieta genera un destello y una luz tan
única, que es difícil de encontrar en cualquier otro lugar.
Autoras:
Ainhoa Aguado,
Técnico en Atención Temprana en
el CDIAT de Alicante.
Isabel Vaca,
Técnico en Atención Temprana en
el CDIAT de Alicante y San Vicente de APSA.
Técnico Infanto Juvenil en el
CRAE de San Vicente de APSA.
Bibliografía:
Familia y desarrollo humano.
Palacios, J. y Rodrigo, M. J. (1998). Madrid Alianza.
Atención temprana y familia. Como
intervenir creando entornos competentes. Perpiñan, S. (2009). Madrid Narcea.
Abuelos y abuelas de nietos con
discapacidad. Un apoyo fundamental para toda la familia. Manual de orientación.
Fundación Nexe.
Cuaderno de Buenas Prácticas
FEAPS. Taller de abuelos.
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