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martes, 5 de mayo de 2015

LOS COLICOS INFANTILES Y COMO COMBATIRLOS



Autora: Pilar Estévez Casellas, Terapeuta de APSA.

En los bebes hasta los tres meses son muy comunes los cólicos y les causan gran malestar tanto a ellos como a sus padres por verlos sufrir y sentirse impotentes.

La causa puede ser que el sistema digestivo aún no se haya desarrollado del todo, también  es posible que quede un poco de aire en el intestino después de mamar.

Los cólicos hacen que los niños lloren desconsoladamente e incluso griten siendo muy difícil calmarles. 


Los síntomas de un cólico normalmente se inician de manera repentina. El bebe puede presentar las manos en puño, las piernas encogidas y el vientre incluso puede parecer algo hinchado. El episodio puede durar minutos u horas y generalmente termina cuando el bebé cae exhausto de llorar o cuando defeca o pasa el gas.

En muchas ocasiones el cólico se suele iniciar a la misma hora cada día, pareciendo ocurrir más veces durante la noche.

Si el niño toma biberón en vez del pecho hay que asegurarse de que el agujero de la tetina no sea muy grande y haga que el liquido le entre demasiado rápido en la boca.

Por supuesto, tenemos que tener en cuenta que también influyen múltiples aspectos que dependen de la propia personalidad del niño y de su cuidador. 


Por ejemplo, que el niño se muestre ansioso y cuando succione del pecho de la madre lo haga demasiado rápido por lo que tragaría gran cantidad de aire.
También es importante el estado de la madre en el momento de la toma,  puede estar muy cansada y dar de mamar al niño más deprisa de lo habitual.

En el momento de la alimentación la madre ha de estar lo mas tranquila y descansada posible, así como hacerlo siempre en un ambiente tranquilo sin ruidos ni interrupciones.

Esta claro que lo que reconforta a un niño puede no calmar a otro, así que os ofrecemos varios consejos para calmar los cólicos del bebe:

-Pon al bebe entre tus pechos con su oído derecho en tu piel para que oiga tus latidos cardiacos y pueda percibir tu olor. A la vez acarícialo tranquila y suavemente, comenzando por el cuello y continuando por la espalda, culete y piernas. 



-Con el bebe en brazos y boca abajo, pon su barriga en el hueco de la palma de una mano y con la otra le proporcionas el chupete para que succione. Debes mecerle lentamente hacia arriba y hacia abajo, en muchas ocasiones se calman con el movimiento de mecer y la succión.

-Puedes intentar darle un paseo en el coche, algunos bebes se calman mucho por el movimiento y sonido de este.

-Los ruidos "blancos" también pueden calmar a algunos bebés. Por ejemplo, el sonido de la secadora, la aspiradora, son sonidos que les recuerdan el ritmo del latido del corazón de la madre y los ruidos que oían en su vientre.

-Procúrale silencio: Aunque a algunos bebés les alivia el movimiento, el ruido y la actividad, otros necesitan menos estímulos y responden mejor al silencio, quietud y un ambiente de penumbra.

- Dale un masaje: Un masaje suave en la barriga puede ayudar a que salga el gas o, al menos hará que el estómago del bebé y su estado de ánimo mejoren.


Para ayudar a un bebé con cólico hay que intentar identificar y evitar los aspectos que desencadenen los episodios de llanto. En la medida de lo posible, debes de probar varias cosas para saber qué es lo que más reconforta a tu bebé.

Un bebé inconsolable es un reto muy duro para cualquier padre. Por eso, es importante que recuerdes:

No es culpa tuya: Cuando tu bebé se resista a tus esfuerzos por consolarlo o parezca enfadado contigo, recuerda que es demasiado pequeño para entender el concepto de culpa. Y aunque puedes intentar muchas cosas para calmarlo, el hecho de que tenga cólico no tiene nada que ver con tus habilidades como madre.

No tienes que hacerlo todo tú sola: Comparte el cuidado de tu bebé con tu pareja. En ocasiones, pide a un familiar o a un amigo que te sustituya, para que tú puedas dar un paseo tranquila o refrescarte con una ducha.

Estás ayudando a tu bebé, aunque continúe llorando: Aunque no consigas que tu hijo deje de llorar debes seguir abrazándolo, meciéndolo y mostrándole tu amor. Tu hijo puede llorar teniendo la tranquilidad y seguridad de considerarse muy querido.