Los Trastornos del Espectro Autista
(TEA) son trastornos del neurodesarrollo que se detectan en los primeros años
de vida y que afectan y alteran de forma muy significativa las áreas de la
comunicación, la interacción social y la conducta. Es un trastorno permanente
que aunque puede mejorar con el tiempo, va a limitar la vida de la persona que
lo padece.
No
obstante, el TEA no se manifiesta con la misma intensidad en todas las personas
y se ha de visualizar como un abanico de graduación de síntomas. Es decir,
dentro de cada uno de los tres ítems propuestos para definir los TEA, existen diferentes
modos y grados. Por ejemplo: las alteraciones en la socialización pueden
abarcar desde el acercarse a otro de manera inapropiada hasta el completo
aislamiento; las alteraciones en la comunicación pueden ser expresadas desde
dificultades en la semántica y la pragmática, hasta el mutismo; y las
alteraciones de la conducta pueden ir desde un juego simbólico aparentemente
normal pero con interés restringido, hasta las actividades no funcionales y
repetitivas.
¿Cuáles son los signos de alerta?
Comunicación y Lenguaje
De 0 a 3 años
12 meses:
§
No balbucea
§
No responde al nombre
§
No señala para pedir objetos
§
No dice adiós con la mano
18 meses:
§
No emite palabras comunes
24 meses:
§
No
construye espontáneamente frases de dos palabras.
De 3 a 6 años
§
Dificultades en el contacto visual, la expresión facial, la
postura corporal y los gestos para regular la comunicación
§
Falta de comprensión del lenguaje
§
Ausencia
del lenguaje o gran retraso en su adquisición. Desarrollo peculiar del mismo
(repetición de palabras fuera de contexto, uso de palabras inventadas, tono
demasiado alto o bajo, entonación monótona…)
Interacción social
De 0 a 3 años
§
No tiene contacto visual
§
No responde a la sonrisa
§
No se interesa nada de los demás
§
No señala objetos para dirigir la atención de los demás.
§
No
desarrolla el juego simbólico.
De 3 a 6 años
§
Desinterés por el resto de los niños (prefiere actividades
solitarias; tiende a “estar en su mundo”)
§
Falta de adecuación de la conducta al contexto social
(desconoce las reglas sociales, puede marcharse con personas desconocidas…)
Conducta
De 0 a 3 años
§
Movimientos extraños y reiterativos con las manos y los
dedos.
§
Reacciones inusuales de curiosidad
§
Reacciones de temor ante determinados estímulos.
§
Apego
exagerado a algún muñeco u objeto
De 3 a 6 años
§
Intereses o aficiones inusuales
§
Tendencia a realizar rutinas o rituales específicos y
resistencia a los cambios (rabietas)
§
Juegos repetitivos con juguetes.
§
Apego intenso por determinados objetos.
§
Excesiva sensibilidad al ruido o a determinados estímulos
sensoriales.
§
Movimientos estereotipados y repetitivos con las manos, dedos
o todo el cuerpo.
§
Comportamientos
disruptivos (morder, pegar…)
Aunque
los rasgos conductuales específicos del TEA pueden estar presentes en el primer
año de vida, a menudo no se diagnostica hasta dos ó tres años después de que
estos aparezcan. La prontitud o tardanza del diagnóstico va a depender, casi
siempre, de la intensidad en la que se han manifestado.
En
muchos casos es la escuela infantil la que da la voz de alarma, ya que los
padres a pesar de tener la sensación de que algo no anda bien, no buscan ayuda
médica hasta pasados los tres años cuando ya debería de haberse iniciado el
desarrollo del lenguaje y comienza la interacción social.
Cuando
un profesional de atención primaria detecta signos que pueden indicar que
existe una posibilidad de trastorno del espectro autista, tendría que remitir a
esta familia a un servicio más especializado (Unidades de Salud Mental Infantil
o Centros de Atención Temprana).
Una
intervención temprana específica y personalizada para el niño y su familia,
conduce a
- Una variación significativa en el pronóstico y evolución, ya que está comprobado que se obtienen mejores resultados cuanto más temprana es la intervención.
- Una mejor planificación de recursos a diferentes niveles: educativos, asistenciales y médicos.
- Disminuir o paliar el estrés familiar, al obtener una información precisa, especializada y clara.