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jueves, 23 de noviembre de 2017

¿QUE ES LA DEGLUCIÓN ATÍPICA?


La deglución es el proceso de tragar, desde que el alimento entra en la boca hasta que llega al estómago.  Este proceso se compone de tres fases:

Fase 1: Se crea el bolo alimenticio, se carga en la lengua, se cierran los labios, los dientes y la lengua se sitúan en las arrugas del paladar (detrás de las encías), posteriormente se traga manteniendo la lengua en las arrugas.

Fase 2: Se cierra la epiglotis y el alimento desciende por la faringe gracias a la contracción de los músculos faríngeos.

Fase 3: De la faringe continua por el esófago hasta llegar al estómago.
Ahora que ya conocemos el proceso deglutorio, nos vamos a centrar en la FASE 1, la fase oral. En esta fase es donde nos podemos encontrar con la deglución atípica.

Hay diferentes posibilidades, siendo las más comunes la deglución con interposición lingual o la interposición del labio inferior. Ésta consiste en la colocación inadecuada de la lengua, los labios o ambos en el momento de tragar el alimento, es decir, la lengua, el labio inferior o ambos se sitúan entre los dientes en el momento de tragar.

Debido a la presión realizada por la lengua y/o la succión del labio más la fuerza realizada por los músculos peribucales es la consecuencia más visible y que más dificultades causa es que los dientes se desplazan hacia delante.

Esto puede ser debido por diferentes causas funcionales y estructurales como la respiración oral, no haber adquirido una deglución madura, caracterizada por el reflejo de succión para adaptarse a la lactancia materna, en el cual, la lengua se sitúa entre las encías. Otras causas simultáneas habitualmente son, la falta de tono y coordinación en los labios y lengua y/o maloclusiones dentales y maxilares.

Los potenciales factores de riesgo para que la deglución atípica aparezca son hábitos orales nocivos persistentes que puede afectar tanto al patrón de crecimiento y desarrollo normal como a las funciones de las estructuras bucales y del sistema estomatognático.

Estos hábitos nocivos son los siguientes:
  • El uso de biberón y del chupete hasta edades impropias (más allá de los 3 años).
  • Uso de alimentos triturados más allá de la edad adecuada.
  • La succión digital.
  • Succión labial, lingual y de mejillas.
  • Succión de objetos.
  • Acción de morder-prensa.
  • Morderse los labios.
  • Morderse las uñas.
  • Respiración bucal.


Una vez vistos los principales factores de riesgo y las causas, vamos a ver cómo podemos identificar los posibles casos de deglución atípica. La gente que presenta este patrón deglutorio suelen tener unas características faciales comunes que son las siguientes:
  • Lengua descansando entre los dientes.
  • Tendencia a la respiración oral.
  • Maxilar superior o inferior avanzado o retrasado.
  • No realizan una deglución adecuada porque mastican con los dientes y no con los molares posteriores: quedando sobras de alimento en la boca.
  • Sacan alimentos fuera de la boca y no tragan con tanta frecuencia.
  • Realizan movimientos excesivos como: elevar la cabeza, contraer los labios excesivamente o hacer muecas o ruidos al tragar.

Para tratar estas dificultades se recomienda un tratamiento miofuncional para corregir este patrón inadecuado de deglución.El tratamiento es llevado a cabo por el logopeda, y se realiza en general antes de colocar un aparato para corregir la posición de los dientes.

Para realizar el tratamiento, el logopeda realiza una evaluación de las funciones y las estructuras que intervienen en la respiración y la deglución, y posteriormente, elabora un programa de intervención individualizado ciñéndose a las características específicas del paciente.
 




Dentro de este programa de intervención se busca conseguir una respiración nasal y costo-diafragmática, un aumento de la movilidad de los labios y un cierre labial correcto, y, además, aumentar la movilidad lingual y tener una mayor coordinación de la misma. Teniendo en cuenta la adquisición y aprendizaje de los pasos correctos del proceso de deglución.








Pero siempre podemos prevenir la aparición de la deglución atípica, y para ello, debemos tener en cuenta las siguientes pautas:

  • Ofrecer lactancia materna; siempre que sea posible. La lactancia materna se considera como un factor de protección en relación con las maloclusiones y contribuye a la prevención de las caries dentales.
  • No permitir el uso de chupete ni la succión digital más allá de los 2 años de edad. Hasta esta edad, los efectos que puedan haberse producido son mínimos y se corrigen naturalmente.
  • Enseñar al niño a respirar bien, y asegurarse de que no sufre obstrucciones nasales recurrentes.
  • Ofrecer al niño la alimentación adecuada a su edad, con oportunidades para ejercitar la musculatura masticatoria.
  • Acudir a los controles pediátricos estipulados para controlar el correcto desarrollo muscular, postural, etc.
  • Realizar revisiones odontológicas periódicas.
  • Acudir al profesional en cuanto se detecte la existencia de algún factor considerado de riesgo para el desarrollo de disfunciones orofaciales. Si se detecta y trata a tiempo, las consecuencias y los trastornos asociados son menores y la resolución más fácil y rápida.
  • La prevención nos ayuda a evitar las enfermedades (en este caso las anomalías del sistema estomatognático) mediante conductas consideradas saludables.
  • Revisiones periódicas para detectar las alteraciones en momentos iniciales, de manera que podamos intervenir precozmente y eliminarlas antes de que representen un problema importante.
  • Es muy importante anticiparse a este tipo de problemas en una edad temprana, por lo que adquiereespecial relevancia prestar atención a los hábitos de prevención descritos anteriormente.
  • Concienciarse de la importancia de la postura y la respiración nasal. Es imprescindible considerar el acto de “sonarse la nariz”, un hábito higiénico diario.
  • Procurar que el momento de realizar los ejercicios se convierta en algo lúdico y un momento en que padres e hijo puedan disfrutar de su compañía, evitando que le resulte algo tedioso.
  • Corregir actitudes como dejar la boca abierta o la lengua interpuesta.
  • Reforzar la actitud positiva de responsabilizarse de seguir las pautas establecidas en el tratamiento.
Autor: Manuel Salvador Casals
           Logopeda CRAE Villajoyosa

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