Los
cuidados de enfermería en neonatología han evolucionado y cambiado mucho, desde
el tipo de pacientes que tenemos (menos peso y menos semanas de gestación),
hasta las técnicas que se realizan y los aparatos y materiales con los que
contamos actualmente. Por ello se nos exige el realizar técnicas cada vez más
especializadas, como por ejemplo la canalización de una vía central a través de
un acceso periférico, y manejar aparatos cada vez más complejos y sofisticados
como respiradores, ventiladores de alta frecuencia, CPAP, óxido nítrico,
etc... Pero además también se nos exige
el estar dispuestos a aceptar nuevos retos, que tanto a través de estudios en
medicina como en enfermería se ha constatado que son beneficiosos a corto y
largo plazo para nuestros bebes.
El
reto que hoy día nos ocupa son los cuidados centrados en el neurodesarrollo y
la familia del pretérmino, en los que enfermería tiene un papel fundamental
para que sean llevados a cabo.
Desde
la fecundación, el embrión primero y luego el feto se encuentra dentro del
útero en unas condiciones apropiadas para su óptimo desarrollo y crecimiento.
Tiene un ambiente calentito, húmedo, sin ruidos o con ruidos amortiguados y con
el continuo sonido del corazón y la voz de su mamá. Cuando el parto se
adelanta, la situación para el bebé cambia y su sistema nervioso, todavía tan
inmaduro, se ve alterado al ser sometido a situaciones de luz intensa, ruidos,
dolor, sobresaltos, separación de los padres, etc.… es aquí donde empieza
nuestra misión, intentando conseguir un ambiente extrauterino lo más parecido
al que tendría el bebé dentro del útero.
¿Qué factores tenemos que controlar para
ello?
Luz
Tiene
efectos negativos en su desarrollo y crecimiento. Produce estrés, mayor
actividad, alteración del sueño,…etc.
Por
eso usamos cobertores en color oscuro,
no luces intensas, luces regulables, protección ocular, canguro en penumbra o
con protección y medición luxes.
Los
ruidos también afectan al bienestar del bebe, por ello en la medida de lo
posible intentamos mantener la unidad lo más adecuada posible para ellos.
Estrés y dolor
Antes
se pensaba que el prematuro no sentía dolor, hoy sabemos que a las 24 semanas
de gestación se han desarrollado los componentes necesarios para la percepción
del dolor.
El
dolor produce aumento de la frecuencia cardiaca, la tensión arterial y la
presión intracraneal, disminuye la saturación de oxigeno, produce alteraciones
en el comportamiento y el sueño, y aumenta la sensibilidad al dolor.
Las
estrategias más efectivas para disminuir el estrés o dolor son aquellas que
promueven: protección del sueño, ambiente de estímulos mínimo, posicionamiento
flexor y en línea media, manos cerca de la boca, seguridad-contención,
manipular de forma lenta y suave, agrupar intervenciones, promover agarre
(dedo, sábanas, paño con olor a mamá, etc.), succión no nutritiva (chupete,
pecho vacío o su propio dedo), evitar manipulaciones innecesarias, método
canguro, uso de escalas para el dolor, medidas farmacológicas (por ejemplo tras
una cirugía) y sobretodo saber reconocer los signos de estrés.
Posicionamiento
Hay
que favorecer las posturas en flexión ya que son las más fisiológicas, evitando
patrones extensores, y para ello nos ayudaremos de nidos y rollitos,
consiguiendo así cabecitas más redondas y mayor simetría del cuerpo. Los nidos
y bordes deben mantener el contacto con el bebé, ya que la falta de este causa
inestabilidad, pero sin restringir los movimientos.
Medidas fundamentales son el acercamiento cuidadoso, priorizar manipulaciones, proteger el sueño, conservar energía (disminuir movimientos), cambio de pañal en nido, manipulaciones entre dos (uno para contener), en prono mejora la función respiratoria, tener el material siempre preparado y siempre finalizar con contención-autoconsuelo.
Cuidados individualizados
Es
muy importante entender que cada bebé es único y que responde de manera
particular a los estímulos a los cuales se le expone. Nuestros cuidados en la UCIN
afectan de manera diferente a cada bebé dependiendo de su individualidad, nivel
de madurez, estado de salud y estabilidad de sus sistemas.
La familia
Los
cuidadores naturales de un hijo son sus padres, pero cuando un bebé nace antes
de tiempo y tiene que ser ingresado esto cambia y de forma temporal nos
convertimos nosotros en sus cuidadores,
pero sin olvidar que los padres forman
una parte muy importante del equipo, pues su apoyo e implicación son
fundamentales en la recuperación de su hijo
Para
ello, contamos con el sistema de puertas abiertas, de manera que ningún padre o
madre por horarios de trabajo o por el hecho de tener otro hijo pequeño al que
también hay que atender se vea privado de visitar y poder estar tiempo con su
bebé.
Por
otro lado, para favorecer la integración con la familia también es muy
importante la lactancia materna y el método madre canguro. Cuando un
bebé ingresa damos a los padres la información necesaria sobre estos temas
(verbalmente y por escrito) y les explicamos cómo llevarlos a cabo. Insistimos
en la importancia de la lactancia materna sobretodo en los prematuros y el
método canguro, el cual además de favorecer la lactancia materna, mejora
sus constantes vitales, ayuda a que duerman más y más profundamente, disminuye el
dolor ante estímulos dolorosos, reduce las infecciones nosocomiales y favorece
el vínculo padres-hijo tan importante de potenciar, pues cuando el niño se va
de alta son ellos exclusivamente los que se van a ocupar al cien por cien de su
cuidado.
Finalmente
apuntar que con todos estos cuidados aplicados siempre desde el cariño y la
profesionalidad, pretendemos que la estancia en nuestra unidad, tanto para los
niños como para sus padres sea lo más corta y agradable posible y que las
secuelas, tanto físicas como psicológicas, que están asociadas a un proceso tan
largo y duro, como es el tener un hijo prematuro queden minimizadas al máximo.
Autoras:
Veronica Giner Herrero, Enfermera especializada en pediatria. Sección Neonatos Hospital General Universitario de Alicante
Veronica Giner Herrero, Enfermera especializada en pediatria. Sección Neonatos Hospital General Universitario de Alicante
María Durá Bellot, Enfermera especializada en pediatria. Sección Neonatos Hospital General Universitario de Alicante
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