Ya ha llegado el inicio del curso, llevamos dos
meses desde el comienzo y con él vuelven
las rutinas para nuestros pequeños/as, acceso al cole, organización de las
áreas durante la mañana, anticipación de cada tarea en la asignatura
correspondiente…pero…¿Qué ocurre en el tiempo libre, y en concreto en el
patio?, el espacio dedicado al patio es utilizado para evadirse y desfogarse,
pero es importante que recordemos, que éste es el lugar en el que se establecen
más relaciones sociales espontáneas que en el resto del día. El tiempo del
recreo es una fuente de aprendizaje para la adquisición de habilidades
sociales, normas de cortesía, respeto,…
Pero…¿Qué sucede con los/as niños/as con
necesidades educativas especiales? En muchas ocasiones salen al recreo, se
sitúan en un lugar específico del mismo y allí pasan el tiempo que dura el
patio. Reflexionemos un poco y hagámonos las siguientes preguntas ¿Se socializa
con el resto de los compañeros/as? ¿Inicia la interacción con sus iguales?
¿Participa del juego que realizan los demás?, en la mayoría de los casos la
respuesta es negativa. Por ello, qué
importante es el papel del adulto (maestro/a, educador/a,…) en estos espacios:
ha de ser quien guíe a nuestros/as pequeños/as todo el tiempo que sea necesario,
ha de servir de ejemplo para motivar e integrar a los/as niños/as con
necesidades educativas especiales a participar y enriquecerse de las relaciones
sociales como el resto de sus compañeros/as.
El punto de partida es construir un ambiente
estructurado,
previsible y con alto grado de coherencia (no podemos estructurar sólo una
parte, y el resto no, o utilizar diferentes tipos de letreros para cada zona).
Este método no sirve únicamente para nuestros/as pequeños/as, sino que es una
forma de organizar el patio para todos/as los/as niños/as que se encuentran en
él. Una modo sencillo de llevarlo a cabo es señalizar mediante carteles dónde
se encuentra el material específico para divertirse en el tiempo libre (lugar
de las pelotas, las tizas, los muñecos,…). Se pueden colocar cajas de plástico
en el patio para tener organizado el material de juego.
Ejemplos:
Además de distribuir los materiales se pueden
secuenciar actividades grupales para cada día de la semana. De esta
forma, se les podrá anticipar a los/as niños/as con necesidades educativas
especiales los juegos que se ofrecen en el patio ese día, además de aquellos
juegos espontáneos que puedan surgir. En este caso también se pueden colocar
carteles en cada zona del patio. Ejemplo:
Por otro lado, es importante tener
en cuenta que para poder integrar a los/as niños/as con necesidades en el grupo
de sus iguales, es necesario concienciar y dejar actuar a sus compañeros/as
como referentes y guías sin la necesidad de que el adulto intervenga
constantemente. Para ello sería adecuado enseñar a los/as compañeros/as a ser
agentes de intervención, ofreciéndoles habilidades para comprometer a sus amiguitos/as
(el/la maestro/a muestra el modelo y el/la niño/a lo lleva a cabo). Este tipo
de estrategia (contingencias orientadas al grupo) fomenta el apoyo de los/as
compañeros/as sin necesidad de ser instruidos/as, en otras palabras, los
refuerzos se aplican de forma grupal y no individual sirviendo de modelaje y
generalización de conductas adquiridas. Si bien es cierto que para iniciar
estas estructuras y estrategias será necesaria la actuación e intervención del
adulto para mostrar cómo realizar los juegos y motivar a los/as niños/as con
necesidades educativas especiales. Sin embargo, una vez conocidas las rutinas
pueden ser los propios compañeros/as quienes ejerzan como agentes de
intervención.
Una vez conocidos los puntos clave para
fomentar un patio inclusivo, se muestran diversos ejemplos de actividades
a realizar en el mismo:
- Tocar con una prenda de vestir (pañuelo, guantes…) o algún objeto (muñeco, pluma…) las partes de la cara o de todo el cuerpo a la vez que vamos nombrándolas.
- Realizar trazos con diferentes materiales, como dibujar con esponjas, con las manos, con pinceles, dedos…
- Hacer de cualquier juguete u objeto algo mágico. Ejemplo: una caja de cartón puede convertirse en una mesa o en una casa.
- Dibujar con las manos con confetis. Después podemos jugar a soplarlos como si de polvos mágicos se tratasen.
- Jugar a alcanzar un juguete.
- Jugar a esconder juguetes.
- Jugar a los bolos “caseros”. Los podemos decorar con ellos y pueden ser botellas de agua vacías (ponerles gomets, llenarlas de arena…).
- Juegos de socialización (pillar, arrastre, cosquillas…), imitación (levantar brazos, palmear sobre la cabeza, mover las piernas…).
- Hacer carreras con diversos materiales (bolsas, alfombras de goma eva, colorines, etc), y circuitos (con aros, pelotas…).
- Pasear por el entorno y coger objetos del mismo (flor, piedras, arena…).
- Jugar a desatar manos que estén atadas con algún elástico, pañuelo (en resumen, cosas que no hagan daño).
- Formar un tren. Agarrarse a la persona que va delante y dejarse llevar. Mover brazos y piernas para que sea más divertido.
- Pisar papeles de colores distribuidos por el suelo.
- Bailar al ritmo de instrumentos musicales (cambiar de intensidad).
“Si concibiéramos la
inclusión como una convivencia entre iguales no sería necesario buscar
estrategias para llevarla a cabo”.
Autora: Tania
Bermúdez
Técnico en Intervención Infanto-Juvenil CRAE La Vila
Muchas gracias por la información.Me ha sido de gran ayuda. Un saludo.
ResponderEliminar