(el 21 del 3:
para la Trisomía, o 3 copias, del cromosoma 21…así nadie se puede olvidar!)
Podemos estar
aquí hablando de trisomías, de translocaciones robertsonianas y de mosaicismos
una y otra vez, ¿pero a quien le apetece eso? ¡Nuestros hijos son muchísimo más
que la suma de sus cromosomas!
Así que para
celebrar este día (porque eso queremos hacer: CELEBRARLO), hemos pedido a
nuestras familias cómo ellos describen a sus hijos.
En los medios de
comunicación, los profesionales de sanidad y educación…muchos son los que intentan hablar
por nosotros, y decirnos cómo deberíamos sentirnos.
Aquí, ¡explicamos
nosotros mismos cómo lo vivimos! Permítenos unos minutos de tu día para ayudar a cambiaros la perspectiva.
“Noah nació a las
37 semanas por inducción de parto, igual que su hermano mayor Liam. Sabíamos
desde la semana 14 de embarazo que tenía síndrome de Down, entonces
cuando nació era simplemente nuestro bebé, y teníamos muchas ganas de conocerle
y mimarle.
Me acuerdo claramente cuando le sacaron y la matrona le puso encima
de mi, y pensé “¡que ridículo que tanta gente tiene tanto miedo a esta cosita tan
pequeña!” (La perspectiva hace mucho.)
Era un bebé tranquilo, cariñoso, y
comilón desde el minuto uno. Al mes de vida empezó ir a estimulación entonces
rápidamente tuvimos que acostumbrarnos a una nueva rutina ajetreada, quizás es a lo
que más me costó acostumbrarme. Ahora tiene 18 meses y nos tiene muy
entretenidos!
Es mucho más movido que su hermano mayor, e increíblemente
curioso. Nos abre todos los cajones y muebles para sacar todo lo que pilla
y tirarlo. Le encanta el ruido!. Baila en cuanto oye una nota musical. Se
arrastra de culete por todos los lados y no veas la rapidez para llegar a todo!
Le fascinan las personas, y te asombra lo atento que es cuando estudia las
caras y las emociones, especialmente cuando nota un cambio de tono de voz.
Siempre te quiere sacar una sonrisa. No nos imaginamos a nuestra familia sin él, y este
Día Mundial de Síndrome de Down queremos acordar que nuestra familia es igual
que todas…con su felicidad, sus inquietudes, sus sueños y sus dificultades. No
nos vemos nada diferentes! “
“Mi nombre es Eva
y soy MAMÁ, madre de dos niñas preciosas, Eva de 11 años y Alba de 4 años. Soy
MAMÁ sí, con todas las letras y con mayúsculas, pero no me considero especial
ni diferente a ti, que también eres madre.
Mi hija pequeña
ALBA tiene SINDROME DE DOWN, pero...... ¿Y QUÉ?
Ella es tan
diferente como lo eres tú, ella es tan especial como lo eres tú, y yo tampoco
soy especial por tenerla, soy IGUAL QUE TU, que eres madre.
Para mi Alba es
única porque es MI HIJA, y Alba (con su nombre y apellidos) sólo hay y habrá
UNA... ELLA.
ALBA tiene una
capacidad de superación increíble, es fuerte de carácter y valiente, muy
valiente. Yo aprendo cada día de ella y me enamora cada día más si cabe... Le
sobra cariño para dar, extrovertida y sonriente, feliz...nunca deja indiferente
a nadie.
Mi hija es así
ALBA única y especial...como cualquiera, como lo eres TÚ.
Date la
oportunidad de conocerlos, de sentirlos, en la diferencia está su igualdad.
MIRA LA VIDA A
TRAVES DE SUS OJOS, YO LO HAGO CADA DIA...”
“Mateo se adelantó
5 semanas, toda una sorpresa aquel 13 de noviembre del 2014, pero no todo fue
sorpresa, sabíamos ya desde hacía varias semanas que Mateo nada más nacer
tendría que ser operado de una atresia duodenal. En la semana 25, nuestro
ginecólogo, una gran persona y grandísimo profesional la detectó y con ello la
sospecha de que algo más había. Unos días después se confirmaba, Mateo vendría
con síndrome de Down.
El momento de
recibir la noticia no fue para nada agradable, para nada fueron humanos con
nosotros, para nada se pusieron en nuestro lugar, todo lo contrario, el trato
fue como darle una "mala noticia" a una pared, sin pensar en que las
personas que reciben la noticia son seres humanos y los futuros papás de ese
bebé, encima nuestro ginecólogo de vacaciones, todo un cúmulo de barreras.
Fueron unos días
angustiosos, miles de dudas, miles de preguntas, miles de preocupaciones...pero
de repente todo cambió, empezamos a ver la situación como algo natural, como
una barrera la cual la saltaríamos los cuatro juntos, mi mujer, mi otro hijo,
Mateo y yo.
Empezamos a
buscar información, ayudas, tratamientos de estimulación y sobretodo lo más
importante, lo que más nos ayudó, contactar con más familias en nuestra
situación, familias que ya tenían en casa a sus niñ@s con Down.
Una vez Mateo en
casa era una bebé como cualquier otro, dormía, comía, lloraba, dormía, comía,
lloraba y así todo el día.
Al mes empezó la
atención temprana, sus sesiones de fisioterapia para que así empezase a
conseguir esos pequeños logros tan habituales para bebés sin síndrome de Down,
logros que para ellos y para los papás son una victoria detrás de otra.
Ha levantado la
cabeza, se sienta, repta, YA ANDA.
Hoy en días Mateo
tiene 28 meses y ya empieza a dar sus pasitos cogiéndose a nuestras manos,
tiene pasión con su hermano mayor, va a una escuela infantil y cada día da un
pasito más.
Somos conscientes
que el irá un poquito más lento que otros niños, pero eso no es ningún
impedimento para que pueda llegar a donde él quiera.
Esta es un breve
resumen de nuestra historia, nuestra visión del Síndrome de Down, somos
conocedores de los avances pero falta mucho por avanzar tanto en tratamientos,
técnicas, estimulación, pero sobretodo, falta mucha concienciación de que son
niñ@s totalmente normales, con los mismos derechos, que tienen que tener las
mismas oportunidades en la vida como cualquier persona.”
“Hola soy Yolanda
Mama de Ana de dos años y medio.
Cuando Ana nació
pasamos por un momento muy duro es un trago muy duro de digerir, que esa
pequeña personita que llevas 9 meses esperando para ver su carita viene con la
gran sorpresa.
"Tenemos
altas sospechas que su hija tiene síndrome de Down" esas palabras sonaban
en mi cabeza una y otra vez.
No sabía qué
hacer el miedo a lo desconocido me invadía.
En ese momento no
sabía qué hacer con ella y hoy en día no sé qué haría sin ella. "Mi enana"
como la llamamos cariñosamente en casa.
Ana es una niña
llena de alegría, vitalidad, amor, ternura, tiene tantas cualidades que
resaltar... Y sobre todo la gran cualidad de haberme enamorado cada día más y
más de ella, consigue sacarme millones de sonrisas cada día.
Mi marido, mi
hijo, mi hija y yo somos una familia como otras muchas con momentos buenos y no
tan buenos, nuestras alegrías y tristezas. No somos tan
diferentes a los demás.”
Esperemos que
estos relatos os ayudan a entender un poquito más sobre el Síndrome de Down, no
en términos genéticos, si no en términos reales. Con personas reales, en
familias llenas de amor. Es un buen día para empezar a mirar a las personas a
nuestro alrededor con ojos abiertos, sin prejuicios, y sin etiquetas!
Os dejamos algunas fotos de pásado sábado 18 de Marzo que lo celebramos todos juntos.
Autora: Rebeca Nataloni
Madre de Noah
Os dejamos algunas fotos de pásado sábado 18 de Marzo que lo celebramos todos juntos.
Autora: Rebeca Nataloni
Madre de Noah
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