A menudo
los niños y las niñas tienen dificultades para regular sus emociones ya que
procesar todos los estímulos sensoriales que reciben en un determinado momento
puede ser muy complicado y abrumador para ellas y ellos y esto al final repercute negativamente en su
comportamiento. Sus sistemas sensoriales están saturados intentando asimilar
la información sensorial de su entorno, y esta situación puede agotar al niño y
a la niña y agotar su capacidad para manejar adecuadamente la frustración, o la
ansiedad. Cuando el sistema sensorial de una niña o un niño se satura y aparece
una nueva situación estresante, el resultado es a menudo un colapso en el comportamiento.
¿Cómo
podemos ayudar a que nuestro hijo e hija se relaje y así reducir las crisis
sensoriales?
Solamente necesitamos una pelota grande de Pilates que venden en
cualquier tienda de deportes y una alfombra.
Dile a tu hijo e hija que vais a jugar a hacer “masa de galletas”.
Esta actividad le ayudará a organizar su sistema sensorial y relajarse con el objetivo de manejar
mejor los factores estresantes de su vida diaria. Este juego funciona porque la
niña y el niño (la masa de galletas) recibe presión profunda y estímulo
propioceptivo del "rodillo" (la pelota). Estos dos componentes
provocan una respuesta calmante en el cuerpo que disminuyen los niveles de estrés, reafirman la posición del cuerpo
en el espacio y facilitan la liberación de dopamina y norepinefrina, que son
dos neurotransmisores responsables del estado de ánimo y la regulación del
comportamiento. (Buckley-Reen & Dickson, 2015 and research
from Edelson, et al.).
Cómo jugar:
Pídele que se acueste
boca abajo sobre una alfombra suave o una esterilla.
Coloca la
pelota encima de su cuerpo, presiona sobre la pelota y hazla rodar lentamente
desde la espalda hacia los pies. Durante la actividad pregúntale como siente la
presión y ajústala si te pide más o menos. Es importante comenzar en la parte superior
de la espalda de nuestro hijo e hija, y no en el cuello o la cabeza, y hacer
rodar la pelota hacia abajo. Al llegar a
sus pies, recoge la pelota y repite la misma acción. Es recomendable hacerlo siempre de la cabeza a
los pies y no al revés. En los brazos también es aconsejable, evitando el
hombro y el codo y centrándonos sobre todo en el antebrazo y las manos. Podéis
jugar durante 5-10 minutos o según su tolerancia. Además, el tema de la presión
que se puede aplicar depende mucho del niño o la niña. Hay veces que
presionando un poco es suficiente y hay otras en las que la niña o el niño, si
es grande, pida mucha más presión y sea necesario que el adulto se ponga con
todo su cuerpo encima de la pelota con el fin de aplicar la presión que
necesita.
¿Cuándo
podemos hacer esta actividad?
Este
juego es muy bueno para aumentar la tolerancia a la frustración ante los
factores estresantes que pueden provocar nervios y comportamiento desorganizado
o demasiado activo. También es una actividad de transición perfecta cuando se
pasa de una tarea que implica mucha energía (como por ejemplo, correr, saltar,
jugar en el parque etc.) a actividades más tranquilas como hacer los deberes, o
tener que ir a dormir. Además, se puede
utilizar si nuestra hija o hijo tiene que enfrentarse a una situación
que le provoca ansiedad (como la escuela, lugares desconocidos, cambios en la
rutina, áreas concurridas, etc.).
Ante cualquier duda recomendamos acudir al
terapeuta ocupacional para que os facilite la ayuda o la información necesaria.
Bibliografía:
Edelson, S., Goldberg Edelson, M., Kerr, D., & Grandin, T. (1999).
Behavioral and Physiological Effects of Deep Pressure on Children With Autism:
A Pilot Study Evaluating the Efficacy of Grandin’s Hug Machine. American Journal of Occupational Therapy,
53, 143-152
Autora:
Laura García Reche
Terapeuta
ocupacional CDIAT y CRAE Alicante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario