Autora: Pilar Estévez Casellas, Terapeuta de APSA.
1. En
primer lugar, hemos de revisar en pareja,
si hay algún aspecto o situación que de alguna forma fomente una actitud
rebelde en el adolescente.
2. Mantener una clara diferenciación de los roles. Es
decir, los “padres” son los padres y los “hijos” son los hijos, por muy buena
relación que se establezca, a los padres les concierne educar y proteger, y a
los hijos en ningún caso les concierne el dar órdenes o mandar sino obedecer.
3. Reservar y determinar momentos para compartir en
familia. El adolescente sabrá que no puede programar actividades
con sus amigos en ciertos días y horas y se tendrán momentos familiares donde
poder charlar y compartir experiencias.
4. Hay
que permitir al adolescente tener sus
ratos y propio espacio para estar solo. Esto es algo necesario para su
crecimiento personal.
5. Nunca debemos tratar a nuestro hijo
con insultos y acciones violentas,
estos comportamientos solo conseguirán que se produzca un mayor
distanciamiento.
6. Procurar
dedicar tiempo en conocer y mostrarse
amable con los amigos y amigas de sus hijos, son personas con las que pasa
mucho tiempo y una gran influencia en el adolescente.
7. Valorar y felicitar siempre
cuando su hijo obtenga logros o se esfuerce en ello. No podemos resaltar solo
los aspectos que nos disgustan de nuestro hijo hay que premiar y prestar
atención a los positivos también.
8.
No
criticar ni cuestionar asuntos sin verdadera importancia: Es mejor no criticar ni
entrar en discusiones por aspectos de nuestro hijo que no sean importantes. Por ejemplo, todo lo relativo a
como se viste, la música que escucha, peinado… Sin duda para él son de gran
importancia porque esta buscando un estilo que le identifique con su grupo de
amigos pero no son vitales para su educación.
Si criticamos estos aspectos se puede producir un distanciamiento con
nuestro hijo y que no nos escuche en aquellos temas que si son importantes como el respeto a los demás, cumplir con sus
responsabilidades, el consumo de alcohol y drogas…
9.
No
darle importancia a sus cambios de humor. El adolescente está en un periodo en
el que experimenta emociones y sentimientos nuevos y es fácil que pase de estar eufórico a desanimado en un
momento. Por otro lado, tampoco es raro que muestre desgana y conductas
de poco interés en cosas que realiza.
Para cambiar estas conductas, lo mejor será hacerlo a través de nuestro ejemplo
y reforzándole siempre sus conductas adecuadas.
10.
Darles
responsabilidades.
Aunque es un paso difícil, los padres han de asumir que su hijo ha crecido y
hay que tratarlo de manera diferente, ya no hace falta estar siempre encima de
él. Deben proporcionarle algunas responsabilidades y luego pedirles cuentas.
11.
Escucha
activa. Debemos escucharlos prestando atención, por ejemplo dejando que acaben de
decir lo que deseen decirnos y no menospreciar ni burlarnos de su discurso.
12.
Procurar
mantener siempre una adecuada
comunicación. Hay que procurar desde la infancia mantener con los hijos una
relación en la que haya confianza y respeto mutuo. A pesar de las obligaciones
laborales y de otros tipos que tienen los padres, han de buscar momentos para
disfrutar con sus hijos de conversaciones y actividades.
Así, al iniciarse la etapa adolescente nos resultará mucho más fácil entenderles y evitar muchos comportamientos de rebeldía en ellos, ya que suelen estar ocasionados por una falta de entendimiento con los padres.
Si después de intentar todas estas indicaciones, continua teniendo dificultades serias con su hijo, consulte a un especialista.
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