Autora: Pilar
Estévez Casellas, Terapeuta de APSA.
El sueño es
esencial para la salud y el desarrollo del niño, ayuda a que crezca fuerte y
sano. El sueño ayuda a la capacidad de
sentirse alerta, poseer una buena memoria y tener una conducta mejor.
Los niños que descansan bien se comportan mejor y están menos predispuestos a
problemas de conducta e irritabilidad. Por eso, es importante que los padres
ayuden a sus hijos a poseer buenos hábitos a la hora de dormir desde una edad
temprana.
Tenemos
que tener en cuenta que, cada niño es diferente y el número de horas de sueño
que necesita puede ser también diferente, no podemos mostrarnos rígidos en ello.
De modo general, hay una serie de horas de sueño que se recomiendan según la edad del niño, incluyendo siestas, para niños hasta la edad de doce años, os las comentamos:
- De 0 - 2 meses: se aconseja de 10.5 a 18
horas diarias.
- De 2 - 12 meses: seria bueno de 14
a 15 horas diarias.
- De 1 - 3 años: lo habitual serian de 12 a 14 horas diarias.
- De 3 - 5 años: se
recomienda de 11 a 13 horas
diarias.
- De 5 - 12 años: se aconseja de
10 a 11
horas diarias.
Poseer una
adecuada rutina para irse a acostar es
una buena manera de asegurar que el niño descansa lo que necesita. A
continuación detallamos aspectos a considerar cuando se crea esa rutina:
- Es
recomendable realizar el baño al final de la tarde para que el niño comience a
relajarse de cara a que se va acercando la hora de dormir.
- Es
bueno contar con un período de tranquilidad de al menos unos treinta minutos
antes de la hora de dormir.
- Debemos
considerar una hora específica para dormir, anticipándolo al niño al menos media hora antes de la hora
acordada.
- También
ha de haber un horario establecido para levantarse de la cama por la mañana y
las siestas, si las toma.
- Evitar
estimulantes, como por ejemplo la cafeína, sobre todo cuando se aproxime la
hora de dormir.
- La
habitación debe ser tranquila y acogedora para el niño.
- Que el
niño use la cama solamente para dormir, evitar que la use para jugar o para ver
la televisión.
- No
proporcionar mucha comida o bebida antes de la hora de acostarse.
- Permitir
al niño escoger un muñeco o peluche para llevarse a la cama a dormir.
- Se
puede fomentar el escuchar música lenta
y agradable antes de dormir o la lectura relajada de un cuento.
- Dar las
buenas noches siempre cariñosamente para reafirmar una sensación de seguridad
en el niño antes de dormir.
- Animar
al niño a dormirse siempre por si solo. Así podrá volver a dormirse con más
facilidad si se despierta durante la noche, lo cual es algo habitual en niños.
Debemos saber que permanecer en la habitación del niño cuando este se ha
despertado, siempre intensifica la necesidad de nuestra ayuda para que el niño
vuelva a dormirse. Sin duda, habrá ocasiones en las que es necesario prestar asistencia y cuidado,
pero es importante que el niño reciba un mensaje claro y consistente de que
esperamos de él que se duerma de nuevo sin nuestra ayuda.
- Es recomendable
mantener el ambiente, por ejemplo luz y temperatura, de modo constante durante
la noche.
En el
próximo artículo hablaremos de las siestas en los niños y trucos para
fomentarlas.
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