Autora: Pilar Estévez Casellas, Terapeuta de APSA.
La
figura paterna es primordial desde el primer momento y es importante que
comprenda lo importante de su papel en la vida de su hijo/a.
Por
supuesto, la actuación del padre puede ser muy diferente, según su
personalidad, disponibilidad…
Hay
padres que se involucran en el proceso de la paternidad desde el inicio,
asistiendo a las clases de preparación al parto, citas con la matrona…, otros
se conforman con dar apoyo a su mujer en el paritorio, no es primordial hasta
donde se involucren durante el embarazo lo que realmente importa de cara a
tener un hijo siempre es:
-Que
la pareja se muestre de acuerdo
-Que
exista amor y respeto entre los dos, ya que esto se transmite al niño.
Con
la llegada de un hijo la vida de una pareja cambia muchísimo y esto implica
adaptarse a nuevos hábitos. Es normal experimentar emociones y sensaciones que
antes no se habían experimentado.
Por
otro lado, es habitual que la madre se muestre cansada , en ocasiones, incluso
desanimada, ignorando a su pareja en muchos momentos. Puede parecer que solo le
queda energía para cuidar a su bebe.
El
padre ha de saber aceptar y adaptarse a esta nueva situación, soportando
cambios de rol y muchos momentos de exclusión. Debe mostrarse maduro
emocionalmente y aportar apoyo y afecto, aparte de seguridad. Esta actitud la
madre la percibe y por lo tanto a través de ella se ve reflejada en el bebe.
Los
padres han de ser conscientes de que en términos generales, nada de lo que
hacen los papás pasa desapercibido para sus hijos, sobre todo durante la
infancia, etapa que determinará en buena medida, el desarrollo posterior de los
niños como jóvenes y como adultos. Sin duda, el rol del padre es tan importante
en la vida del niño, como el de la madre.
Muchos estudios concluyen que los niños
que poseen un padre motivado y participativo, en comparación a hijos cuyo padre
se muestra menos implicado en la crianza, tienden a ser personas más
competentes en el aspecto cognoscitivo y social, se muestran menos inclinados a
estereotipar por diferencias de sexo, no temen mostrar su empatía, y poseen
mayor capacidad de adaptación desde el punto de vista psicológico.
Si bien aparentemente
las madres y los padres se desenvuelven de forma muy parecida con sus hijos, si
nos fijamos la realidad es otra. Usualmente los padres tienden a jugar con sus
hijos y las madres tienden a cuidarlos. Por eso decimos muchas veces, respecto
a una pareja que él es “más brusco”, y ella, “más suave”, con su bebe o hijo.
Las dos figuras son fundamentales, ya que el padre incentiva la independencia,
y la madre, la seguridad. Los niños necesitan tanto la suavidad-ternura de su
madre como la diversión de los juegos bruscos con su padre.
Por lo general, el
padre crea confianza en la propia superación,
¿quiénes son los que a menudo motivan a los niños a columpiarse o trepar
más alto, montar en bicicleta más rápido o lanzar la pelota con un poco más de
fuerza?. Por otro lado, ¿quién recuerda a los niños tener cuidado?. La madre
tiende a advertir y proteger a sus hijos, mientras que suele ser el padre quien
anima a los niños a sobrepasar sus límites y superarse.
Si
nos fijamos, es común incluso que el padre se comunique con sus hijos de manera
distinta. La madre por lo general simplifica sus palabras y habla a nivel de su
hijo fomentando su comprensión de lo que le dice. El padre, sin embargo, no
demuestra tanta inclinación por modificar su lenguaje y desafía al niño a
ampliar su vocabulario y sus habilidades lingüísticas para poder entablar
conversaciones con él.
Muchos
expertos consideran que en términos generales, el padre le transmite al varón
una figura con la que identificarse, le muestra cómo debe ser consigo mismo,
con las mujeres y con la sociedad y le inculca los valores que se han
establecido en la familia, mientras que a las hijas las mantiene protegidas y
les muestra que pueden ser autónomas y tomar decisiones por sí mismas porque
son autosuficientes.
Por
todas estas razones que os hemos expuesto consideramos que es vital cuidar y
fomentar la figura paterna ya que esta íntimamente vinculada al buen desarrollo
psicosocial de los niños.
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