Autora: Pilar Estévez Casellas, Terapeuta de APSA.
La
adolescencia es principalmente una época de cambios. Es la etapa que marca el
proceso en el que el niño se convierte en adulto. Este período de transición tiene
sus propias características y problemáticas.
Vamos a hablar directamente de los problemas más
habituales en adolescentes, los cuales serian:
Problemas de conducta: Aunque
los adolescentes desean que sus padres estén pendientes de ellos y pongan
límites claros a su conducta, cuando esto ocurre sienten que se les ha quitado
la libertad y que no se les permite ser ellos mismos. Esto da lugar a
desacuerdos y a desobediencias por parte de los hijos por lo que los padres se
irritan y sienten que no saben que hacer con sus hijos.
Por lo
tanto, es importante fomentar que los padres se preocupen de hacer entender a
sus hijos que necesitan saber siempre donde están, con quién, que van a hacer…y
que es fundamental que los hijos informen a sus mayores de estas cuestiones por
su propia seguridad.
Problemas emocionales: Todos
los adolescentes se han sentido alguna vez tan tristes que han llorado y deseado
alejarse de todo y de todos, incluso considerando que la vida no merece la
pena. Estas reflexiones pueden dar lugar a un estado de desanimo que puede
esconderse bajo excesos de ingesta alimenticia, dificultades para dormir y
preocupaciones exageradas acerca del aspecto
físico.
Problemas
escolares: Muchas veces los adolescentes muestran negativas
para ir al colegio, los padres han de preocuparse en saber los motivos de este
rechazo. Puede haber múltiples causas, dificultad de integración al grupo de
los compañeros de clase, puede existir algún tipo de acoso por un compañero,…
Todas
estas situaciones harían que acudir al colegio se convierta en una experiencia extremadamente
desagradable y amenazadora.
También
puede haber problemas de tipo emocional, como estados depresivos, ansiosos o a
la falta de confianza en sí mismos para manejar los aprendizajes escolares que
se exigen…
Por
supuesto, todos estos tipos de problemas afectan negativamente al rendimiento
escolar, sin duda es difícil concentrarse en la tarea a realizar con estas
preocupaciones.
Problemas sexuales: Los
adolescentes que son más tímidos suelen
encontrar muy difícil hacer preguntas acerca del sexo a sus mayores. En alguna
oportunidad pueden recibir información de sus amigos y compañeros que en muchas
ocasiones resulta errónea.
En
otras ocasiones, puede ocurrir que las experiencias sexuales las realicen en
situaciones que conllevan riesgo de embarazo no deseado o de contagios de
enfermedades de transmisión sexual.
Para prevenir
dichos problemas es fundamental que los padres, docentes, médicos de cabecera o
centros de orientación familiar, oferten a los adolescentes una adecuada
información y orientación sexual.
Problemas de alimentación: En la
adolescencia, en ocasiones, se presentan problemas de anorexia o bulimia
nerviosa.
En el
caso de la anorexia, el adolescente se niega a comer y se ve con sobrepeso
aunque en realidad esté delgado.
En cuanto a la bulimia, pueden tener sobrepeso
o no, pero ellos canalizan sus problemas a través de una ingesta inadecuada de
alimentos, esto los desanima aún más y para superar este estado de ánimo vuelven
a realizar una ingesta excesiva de comida produciéndose un círculo vicioso peligroso
para su salud y muy difícil de controlar.
Problemas con el uso de alcohol y drogas: Por lo
general es el alcohol la droga que con mayor frecuencia causa problemas en los
adolescentes. Los padres han de estar atentos a los cambios repentinos y graves
que se produzcan en la conducta de sus
hijos ya que pueden indicar algún abuso de estas sustancias.
En
general, la mayoría de las dificultades en la adolescencia no son ni graves ni
duraderas, pero los adolescentes pasan en mayor o menor medida por alguna de
ellas para convertirse en el adulto que deben ser.
Los padres tienen un papel fundamental
proporcionando una base segura a sus hijos. Para ello tienen que estar de
acuerdo entre ellos sobre como manejar las situaciones y apoyarse mutuamente.
Los
padres son los que mantienen a sus hijos, por eso ellos tienen que decidir
cuáles son las reglas del juego aunque a veces estas normas puedan ser
negociadas y acordadas con los propios hijos. Han de tener en cuenta ser
razonables y menos restrictivos cuándo el adolescente sea más responsable.
Hay que
procurar mantener un diálogo fluido y permanente con los hijos así ellos podrán
acudir a nosotros las veces que necesiten. Para ello es necesario que se
sientan escuchados por nosotros, no evaluados ni avasallados.
Diálogo
y escucha atenta, serian los aspectos más importantes para afrontar todos los
cambios que se producen en este momento tan
especial de la vida de nuestros hijos.