Autora:
Pilar Estévez Casellas, Terapeuta de APSA.
Sin duda, el cuerpo humano ha sido creado
para moverse, por ello necesita realizar ejercicio de forma regular. Es
fundamental tener una vida activa para poder ser saludable, así obtenemos
numerosos beneficios tanto físicos como psicológicos.
Esto también se puede aplicar a los niños,
que necesitan practicar deportes no sólo para divertirse, sino también para una
mejor formación física y psíquica.
En mayo del 2004 la Asamblea Mundial
para la Salud
propuso la
Estrategia Mundial sobre Alimentación, Actividad Física y
Salud, con el objetivo de cambiar los hábitos de vida que no son saludables, y
animar a que los gobiernos de diferentes países elaboraran planes nacionales
con este objetivo. La Organización Mundial
de la Salud manifestó
su preocupación porque se constató una disminución de la actividad física entre
los niños y los adolescentes.
Como bien sabemos, el porcentaje de niños y adolescentes obesos y con
sobrepeso ha aumentado los últimos 30 años. Aunque este aumento es fruto de
múltiples y variados factores, es un hecho que los niños tienden cada vez más
al sedentarismo, es decir, pasan más tiempo sentados que antes.
Los padres deben fomentar que sus hijos hagan suficiente ejercicio. En
cuanto a la cantidad de ejercicio, expertos manifiestan que los niños mayores
de 2 años deben hacer al menos 60 minutos de ejercicio moderado a enérgico, en
lo posible todos los días de la semana o, en su defecto, la mayoría de ellos.
Una de las mejores formas para que los niños realicen más actividades
físicas es, simplemente limitar el
tiempo que invierten en actividades sedentarias, por ejemplo, mirar televisión
o jugar a los videojuegos.
La Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) recomienda que
los niños menores de 2 años no vean la televisión y que los niños mayores de 2
años la vean más que de 1 a
2 horas de programación, siempre adecuada para ellos, por día.
Es una labor fundamental y de todos, que los
niños se interesen por realizar actividades físicas.
Al decir actividad física, nos referimos a
cualquier movimiento realizado por músculos esqueléticos, que ocasiona un gasto
de energía adicional al que necesitamos para mantener las funciones exclusivamente
vitales (respiración, circulación de la sangre...). Por eso, podemos considerar
muy diversas actividades como ejercicio, por ejemplo: andar, jugar al fútbol, correr,
bailar, limpiar... Cuando la actividad física se planifica, organiza y se
repite con el objetivo de mantener o mejorar la forma física le llamamos
ejercicio físico.
La actividad física durante la adolescencia
y en la infancia es esencial para el adecuado desarrollo del niño, mejorando
sus funciones cardiovasculares y colaborando a una adecuada maduración del sistema
músculo-esquelético y de las habilidades psicomotoras.
Además, provoca enormes beneficios en las
habilidades motoras y cognitivas, considerándose positivo para sus relaciones
personales, como el respeto a sus compañeros, saber ganar, asumir derrotas,
guardar turno..., obteniendo con ello bienestar físico y psicológico.
Un ejercicio físico continuado junto con una dieta
equilibrada, va a propiciar que se regule el peso corporal, evitando así la
aparición de obesidad, tanto en la infancia como en la vida adulta.
Como sabemos, muchos de los hábitos que se
aprenden en la infancia tienden a consolidarse en la adolescencia y pueden
llegar a convertirse en rutinas en edad adulta. Por esto, acostumbrarse a
realizar deporte desde pequeños les ayudará a seguir practicándolo y mantenerse
en forma durante su vida adulta.