El
término “Atención Temprana” se refiere a un conjunto de actuaciones dirigidas
al niño, su familia y comunidad. Es una atención global en los primeros meses o
años de su vida, a través de un tratamiento educativo con intervenciones
sanitaria y social, debido a alteraciones en su desarrollo o situaciones de
riesgo.
Los programas que se aplican,
intentan fomentar las interacciones con las personas del medio que rodea al
niño y brindar apoyo a la familia para educarlo. Un objetivo prioritario de la A.T es mejorar sus potenciales
madurativos y procurar que el medio favorezca su desarrollo. Permitir una
integración del niño con toda su familia, lograr que esté motivado para
responder a los estímulos externos, ayudarlo para conseguir independencia; son
logros que se pretenden alcanzar en la educación de los niños con discapacidad.
Respetando el ambiente natural del
niño y su familia, los profesionales son orientadores de los padres para que
adopten sus actividades cotidianas de acuerdo con las características de su
hijo.
A lo anteriormente dicho, agregamos
el gran descubrimiento de la “plasticidad cerebral o neuronal”, uno de los
fundamentos de la A.T ,
es decir, la capacidad que tiene nuestro cerebro de crear neuronas y modificar
las existentes, de “cambiar”. Esto se logra a través de nuestra interacción con
el mundo. El desarrollo cerebral necesita el contacto con otros cerebros
(interacciones sociales).
El cerebro está cambiando
constantemente, con todos nuestros pensamientos y experiencias, es capaz de
reorganizarse durante toda la vida.
La plasticidad alcanza su máximo
apogeo en los dos primeros años de vida.
Ahora se sabe que todos podemos
ejercitar nuestro cerebro para mejorar, en consecuencia, las perspectivas de
cambio en educación son inmensas. Por ejemplo, se ha comprobado que el cerebro
puede entrenarse como si de un músculo se tratase.
Si los niños crecen en un ambiente
enriquecido cultural y socialmente; se fortalece y fomenta el desarrollo de su
individualidad
¡Podemos hacerlo con nuestros hijos! Y recordemos
¡Nunca es tarde para aprender!
Bibliografía:
El
cerebro que se cambia a sí mismo. Norman Doidge, Aguilar, 2008.
Redes:
Plasticidad cerebral. Eduardo Punset y Sarah J. Blakemore.
Vaillend,
C.;Poirier,R. Y Laroche, S. (2008). Genes, plasticity and mental retardation.
Behavioural Brain Research, 192, 88-105.
Autora: Silvia Pérez Iberra (Maestra de primaria)
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