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martes, 10 de junio de 2014

CREANDO BUENOS HÁBITOS ALIMENTICIOS EN NUESTROS HIJOS. Parte I



Autoras: Ana Miranzo, Logopeda de APSA y Pilar Estévez, terapeuta de APSA.

 En cada situación de alimentación podemos preguntarnos: cuándo, dónde, qué, cómo y cuánto deben comer nuestros hijos. Aunque cada niño y su familia deben encontrar sus propias respuestas, existen algunas pautas generales.


¿Cuándo comer?  

Es importante establecer siempre un horario regular de comidas.

·   Al principio iniciamos la alimentación a demanda. Podemos decir que las necesidades del niño, son las que determinan  la cantidad y horario de cada toma que se realiza.

·   Poco a poco la maduración  y la adquisición del hábito de sueño, modifican  las tomas:

Ø     Se disminuyen el número de tomas diarias.

Ø     Los momentos de alimentación se concentran durante el día.

·  Los padres estipulan un horario fijo dedicado a la alimentación. Normalmente, a partir de los dos años de edad, los niños hacen de 5 a 6 comidas  repartidas a lo largo del día.

·  La duración de las comidas no debe alargarse en exceso, en general una media hora debe ser tiempo suficiente para realizar una comida completa.









Hay que tener en cuenta:

Ø            Es importante que el niño pueda experimentar la sensación de hambre – saciedad.

Ø            Conviene evitar picar entre horas, sobretodo alimentos que son poco nutritivos.

Ø            Saltarse tomas en niños poco apetentes, no siempre obtiene los resultados esperados de que el niño tenga más apetito a la toma siguiente.

¿Dónde comer?

Establecer un entorno adecuado y estable para realizar la comida.

·  Siempre en la misma habitación, el mismo asiento o los mismos instrumentos.

·  El momento de  comer es para comer. Cualquier actividad distractora acaba siendo algo contraproducente. Es un momento en el que se crea una  situación especial de comunicación.

·  Si  el niño abandona el escenario creado, lo reconducimos para que vuelva a ocupar su lugar, no le perseguimos con la comida.







¿Qué comer?

Es importante decidir el menú de antemano.

·  Elaborar un menú semanal, en el que puede participar la opinión del niño, dentro de unos platos adecuados para él, que son los que le proponemos. De este modo, evitamos improvisaciones y aseguramos que existe un equilibrio dietético.

·  Tener en cuenta, que  la incorporación de novedades en la dieta debe ser siempre de forma paulatina. Aceptar que en los momentos de cambio, el niño tomará menos cantidad del alimento.

·  Presentar los alimentos en las porciones que él suele poder comer. Es mejor que pida más a que no pueda acabarse el plato.

·  Ser consciente de la importancia que tiene introducir los cambios de instrumentos o de texturas en la edad que recomiende el pediatra. Especialmente, sustituir las tetinas por el vaso, introducir alimentos semisólidos y luego sólidos. Cuando el niño es más mayor, cuesta  que acepte éstos cambios y pueden verse alterada, tanto su musculatura como el  desarrollo oro-motor.

En el próximo artículo trataremos los aspectos relativos a cómo abordar la alimentación y cuánto debe comer el niño


















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